Para conmemorar el día de San Valentin, este año Suvudu (en vez de volver a publicar la historia de Judge’s Call de Timothy Zahn) ha hecho una especie de recopilación de besos en el Universo Expandido. Y, como siempre, Chris Trevas ha hecho una imagen especial para la ocasión. Por supuesto, hay otros muchos besos y seguro que muchos teneis vuestros favoritos que no están en esta lista.
Estos son los elegidos:
El beso Luke Skywalker y Mara Jade
Aunque se ayudaron mutuamente sin conocerse y luego ella quiso matarle, todo acabó bien. Finalmente, después de estar a punto de morir, el hombre finalmente decide echarle valor y se declara.
De repente, él despertó de golpe, medio sumergido en agua, con la cabeza y el pecho descansando precariamente sobre una piedra resbaladiza, con Erredós trinando frenéticamente en sus oídos.
—Vale, de acuerdo —se las arregló para decir, sacudiendo la cabeza para aclararla.
Y de repente se tensó. Mara había desaparecido.
Él sacudió de nuevo la cabeza, sacando su barra luminosa con dedos torpes y medio congelados mientras luchaba por dar pie. Lo encontró inmediatamente. El agua en la que estaba resultó llegarle a la cintura. Palpó la barra luminosa al fin y la encendió.
Esta en pie en un estanque justo al borde del último de los ríos subterráneos que habían pasado Mara y él durante su viaje a través de las cavernas. Cinco metros a su izquierda, el torrente que les había traído aquí se había desvanecido, dejando sólo el río ondulándose mientras se abría camino.
Y dos metros a su derecha, subiendo y bajando suavemente en el estanque mientras flotaba junto a la roca escarpada, estaba Mara. Con los ojos cerrados y sus brazos y piernas flácidos. Como si estuviera muerta.
La imagen precisa que había visto de ella en aquella visión Jedi de Tierfon.
Y entonces él estaba junto a ella, levantándole la cabeza para sacársela del agua, mirándola a la cara con miedo repentino. Si el trance no la había mantenido con vida, si ella se había golpeado con algo con demasiada fuerza para matarse después de a él se le hubiera perdido su sujeción de ella…
Junto a él, Erredós silbó impacientemente.
—De acuerdo —estuvo de acuerdo Luke, deteniendo su pánico repentino.
Todo lo que tenía que hacer para sacarla de él era pronunciar la frase clave que ella había elegido, la frase que ella se había preguntado en voz alta si él podría manejarla. Casi como si ella tuviera miedo de que él no pudiera…
Él tomó aire profundamente.
—Te quiero, Mara.
Los ojos de ella parpadearon para abrirse y parpadearon de nuevo para apartar el agua.
—Hola —dijo ella, respirando pesadamente mientras agarraba el brazo de él y maniobraba para ponerse en pie—. Veo que lo conseguimos.
—Sí —dijo Luke, tomándola en sus brazos y abrazándola fuerte, con su tensión y su miedo evaporándose en una niebla de completa calma y alivio.
La visión había pasado y Mara había sobrevivido a ella.
Y estaban juntos de nuevo. Para siempre.
—Sí —murmuró Mara—. Para siempre.
Aflojaron el agarre que tenía el uno del otro, sólo ligeramente… y de pie juntos en el agua fría, sus labios se unieron en un beso.
El Skywalker y la Sith
Ya se sabe que el muchacho, desde la muerte de su padre, había perdido un tanto el rumbo, pero es que eso de hacerse pasar por malo…

El primer beso
Como no podía ser menos, aquel primer beso encerrados en una taquilla durante un ataque de los vong, no podía faltar. Era inevitable que, tras esta escena, la vida de la chica fuera cuesta abajo cuando él muriera poco después.
Con mucho cuidado, él la rodeó con su brazo.
—Lo siento —sollozó ella—. Yo te metí en esto. Corran estaba en lo cierto, yo sigo pensando que puedo ser como tú y no lo soy. Tú siempre ganas y yo siempre lo estropeo todo. Si no fuera por mí, tú ya estarías en estos momentos de regreso en el Ventura Errante.
—Pero yo prefiero estar aquí contigo —dijo él.
No era capaz de ver el rostro de ella girado hacia él o las pupilas color esmeralda de sus ojos, pero sabía que estaban allí.
—No digas esas cosas —ella murmuró—. Se que piensas que yo todavía soy un poco infantil. Yo…
Ella se calló, de repente, cuando él encontró su rostro con los dedos. Su mejilla era suave y fría. Encontró un pequeño mechón de su pelo encima de su ceja y lo levantó suavemente por encima de las cicatrices de su frente.
Anakin raramente hacía cosas que no supiera que iba a hacer. Pero nunca se le pasó por la mente que iba a besar los labios de Tahiri hasta que sus labios estaban tocando los de ella. Estos estaban fríos, y ella se echó hacia atrás.
—Oh —ella dijo.
—¿Oh?
—Me has cogido por sorpresa.
—Lo siento.
—No, mom cheri.
Ella cogió su cara con ambas manos y presionó sus labios contra los suyos. No fue un gran beso, pero fue dulce y cálido, y a él le agitó igual que si fuera una fuerza de diez g.
La chica del Líder Pícaro
Después de pasar muchos años secretamente enamorado de la misma mujer, finalmente uno de nuestros pilotos favoritos encontró valor para declararse.
—Volviendo a la cuestión. Así que lo que estás diciendo es que te hice tanto daño que nunca podremos ser nada otra vez el uno para el otro.
Iella pareció como si estuviera revisando algo, las últimas cosas que había dicho, quizás los últimos años de su vida.
—Supongo —dijo ella al fin— que eso es lo que estoy diciendo—. Parecía otra vez al borde de las lágrimas—. Lo siento, Wedge. Lo siento. Pero creo que será mejor que te vayas.
—Irme ya no es lo duro —dijo él, sin reconocer apenas su propia voz—. Es encontrar algún lugar al que ir.
Se volvió hacia la puerta.
La adrenalina le sacudió. El sobresalto que le golpeó fue el de un hombre comprendiendo que estaba a punto de entrar en una trampa o en un tiroteo, algo que podía terminar con su vida en un segundo.
No podía ser una advertencia precognitiva. Fuera de una cabina, su patrón de habilidades de reconocimiento no le permitía advertencias como esa… y además, de haber habido peligro más allá de la puerta, Janson se habría comunicado con él.
No, el peligro era más personal. Era realmente una cuestión de “Sal por esa puerta y tu vida se acabó”, pero de una manera muy diferente.
—¿Simplemente cómo de estúpido crees que soy? —preguntó él.
—¿Qué?
Él se volvió para enfrentarse de nuevo a ella. Su energía había vuelto. La sentía arder dentro de él. Y ahora conocía la naturaleza de la última barrera que se interponía entre ellos dos: el orgullo herido de ella, que la escudaba de un daño mayor… pero que también la escudaba de él.
—¿Qué clase de idiota habría sido para salir por esa puerta?
—No te entiendo, Wedge. Sólo desearía que te fueras.
—Sí, sería más fácil de ese modo. Menos riesgo de humillación. —Él se movió para colocarse de nuevo ante ella—. Ahora, escúchame. Durante años, incluso cuando no nos veíamos el uno al otro durante eternidades, yo sabía que eras parte de mi vida. Hasta hace unas cuantas noches, cuando dijiste que ya no éramos amigos. Desde entonces, he estado de luto. No sólo echaba de menos a una amiga, sino que me apenaba por una parte perdida de mi vida.
»Me llevó algún tiempo descubrir eso y comprender simplemente cuánto necesito que estés en mi vida. Como mi amiga, y como mucho más que mi amiga, para siempre. Ahora me dices que eso no puede pasar. Debido a los errores. Yo cometí algunos, tú cometiste algunos, ¿y ahora nuestras oportunidades han quedado todas atrás? —Negó con la cabeza vehementemente—. No, Iella. Eso sería otro error y mientras más viejos nos hacemos, menos tiempo tenemos para enmendarlos. Estoy harto de cometer errores.
Colocó una mano tras la nuca de ella, la otra alrededor de su cintura y la atrajo hacia él. Ella le miró, con la sorpresa pintada en sus ojos.
—Eres una mujer adulta y entrenada —dijo él—. Si me quieres fuera de tu habitación, sólo te hará falta una rodilla y un poco de impulso el sacarme. Pero simplemente no puedes decirme que me vaya, esta vez no. Te quiero. No voy a marcharme dócilmente.
Él empujó la cara de ella hacia la suya y la besó. Vio de refilón abrirse mucho los ojos de ella. Entonces se perdió en la dulzura de los labios de ella. Podía haberse tensado contra el impacto que estaba seguro que vendría a continuación, pero no lo hizo. Si este iba a ser el último beso que jamás iba a tener de ella, quería disfrutarlo cada milisegundo.
Y los milisegundos se alargaron hasta segundos completos y los brazos de ella se colocaron alrededor de su cuello y le abrazaron con fuerza. Finalmente, fue la necesidad de oxígeno la que le forzó a romper el beso. Él la abrazó con fuerza, mirando a unos ojos que estaban muy abiertos pero no alarmados y a unos labios que estaban curvados tan ligeramente en una sonrisa enigmática.
El militar y la actriz
Si bien Wedge terminó por encontrar a su media naranja, su hermana ya había encontrado al amor de su vida mucho antes.

El futuro Emperador y la Jedi
Si ha habido un romance con altibajos en el Universo Expandido ese ha sido, sin duda alguna, el de Jagged Fel y Jaina Solo. Pero cuando eran sólo unos jovencitos en mitad de una guerra, encontraron tiempo para darse su primer beso.
Entonces él la cogió por los hombros, y la atrajo hacia él, dejando que su cabeza reposaba contra su torso, y apoyando su propia cabeza sobre la de ella, en un abrazo que la sobresaltó de tal manera que estuvo a punto de apartarse bruscamente. Pero no lo hizo. Se apoyó contra él, medio derrumbada, sus piernas ya no la obedecían y ni siquiera eran capaces de soportar su peso, y aunque no sollozaba, sus lágrimas le caían por el rostro, empapando su uniforme.
—No iré a ninguna parte —dijo.
—¿Por qué?
—¿Por qué que?
—¿Por qué no te irás a ninguna parte?
—Pues porque no quiero.
Inclinó su cabeza y levantó la de ella, y de repente ella le estaba besando, sujetándole con la suficiente firmeza para poder realizar una soldadura de vacío entre ellos dos.
Su confusión no desapareció, pero ahora se fusionaba con una cierta sensación etérea, como si ella se hubiera elevado hacia el cielo, dejando atrás su Ala-X. También hubo un abrupto alivio de la presión, una presión insufrible que ella nunca había sentido descender sobre ella, que nunca la había notado hasta que esta desapareció.
Hasta aquí, los elegidos “oficialmente”. A nivel personal, yo habría escogido otro.
El otro Skywalker y la otra Sith
Él había liberado las mantas que la envolvían y ahora ella descansaba sin estar cubierta, hecha una bola, mirando lejos de él. Las palabras se apiñaron en la garganta de él, demasiadas para decirlas todas a la vez. Ben se quedó en pie durante un tiempo, hasta que se volvió raro y entonces murmuró “Ah, al diablo” y se tendió junto a ella. Sabiendo que recibiría un codazo en el estómago o algo peor si esto era lo equivocado a hacer, rodeó con su brazo la delgada cintura de ella y envolvió su cuerpo protectoramente alrededor del de ella.
Ella se quedó quieta, tensa en su abrazo, y entonces él sintió que ella se estremecía con silenciosos sollozos. Su corazón sufría por ella y él inclinó su mejilla sobre su pelo.
—Lo siento tanto, Ves. No lo sabía. No podía saberlo…
Vestara asintió, todavía en silencio, todavía estremeciéndose. Ben alargó la mano y le acarició el pelo suavemente, como si esta joven feroz y orgullosa fuera una niña que necesitara que la consolaran y ella lo aceptó. Ben cerró los ojos, fundiéndose contra ella. Se quedaron así durante mucho tiempo. Ben estaba casi dormido cuando ella se volvió dentro de su abrazo.
—¿Ben? —Ella levantó su cara hacia la de él—. ¿Tú… crees que yo podría?
—¿Que si podrías qué?
Un silencio muy, muy largo. Ella había dejado caer su guardia completamente. Él podía sentirla de un modo como nunca antes la había sentido y supo que fuera lo que fuese lo que ella estaba a punto de preguntarle lo significaba todo para ella. Que estaba llena de esperanza y de un miedo tan fuerte que casi la abrumaba y que sabía que se estaba abriendo completamente a él. Él espero, pacientemente. En ese momento que pareció alargarse eternamente, Ben se dio cuenta de que, cuando se trataba de Vestara, tenía toda la paciencia del universo.
Entonces, suavemente, con una voz que temblaba, ella dijo las palabras que hicieron que el corazón de Ben saltara. Las palabras que él había estado queriendo oír durante tanto tiempo.
—… convertirme en una Jedi.
Durante un momento él no pudo hablar. Sintió crecer el miedo de ella: miedo al rechazo, miedo a la confianza que estaba ofreciendo y, mientras que él luchaba por encontrar las palabras, se concentró en enviarle confianza, consuelo… sí, y amor… en la Fuerza.
—Vestara Khai —dijo, con su voz tan suave como lo había sido la de ella—, sé que puedes hacer cualquier cosa que quieras. Sí. Oh, sí. Puedes convertirte en una Jedi. Y sería el mayor honor de mi vida ayudarte. Estaré allí a cada paso del camino. Te lo prometo.
El alivio y la alegría y la esperanza emanaron de ella, desterrando el miedo tenso, frío y restrictivo, y ella sonrió radiantemente. Siguiendo un impulso, Ben alargó la mano y acarició la pequeña cicatriz en la comisura de su boca suavemente con su pulgar. Ella no se apartó y en su lugar cerró los ojos. Los labios de él siguieron a su caricia, presionando un beso en lo que sabía que ella más despreciaba de sí misma, haciéndole saber que él la encontraba bella, que la encontraba a ella, a toda ella, bella. Ella lo comprendió al instante y él saboreó la sal de las lágrimas repentinas cuando ella giró la cabeza ligeramente para completar el beso. Él la abrazó con fuerza, con ambos temblando, atrapados en el abrumador desahogo de dejar al fin a un lado las armas de la sospecha y el odio.
Ella se convertiría en una Jedi. Una gran Jedi. Finalmente, ella caminaría en la luz y sentiría su calidez y abriría su corazón a la alegría de dar y recibir la confianza completa y total.
Confianza… y amor.
Y Ben estaría con ella.
A cada paso del camino.
Y puestos a ser empalagosos, ¿qué otros besos habríais elegido vosotros?
Comentarios
Puede ser que entre Ben y Kol
Puede ser que entre Ben y Kol hubiera una generación, es lo más probable pero no es seguro todavía, de ahí que la imaginación puede hacer posiblemente que Ben sea el abuelo de Cade.
Si aceptamos que la media de nacimientos desde Ben a Cade es de 30 años, existirá una generación entre Ben y Kol (algo realmente deseable por la incógnita de saber quién es).
Si por otro lado consideramos una media 45 años desde Ben a Cade (Luke fue padre de Ben a los 45 años), Ben puede ser el padre de Kol y el abuelo de Cade.
Luke nació e l9 ABY
Ben nació el 26 DBY
Kol murió el 130 DBY
Cade nació el 116 DBY
Es posible, pero no lo creo
Y hay varias razones para ello. Primero, Roan siempre me pareció mayor que los hermanos Skywalker, lo que significaría que Jag tendría nietos antes de que Ben tuviera hijos y, aunque hay 20 años de diferencia entre ellos, no creo que los Skywalker lleguen a perder una generación. También está la cuestión de las visiones de Ben…
Teniendo en cuenta que los chicos ya se conocen, dudo que tarden 30 años en tener hijos. Cierto que las visiones no siempre se cumplen y que los futuros emperadores llevan 20 años con un relación intermitente, pero no creo que vayan a recurrir a la misma historia.
Como matiz a esta noticia. El
Como matiz a esta noticia.
El primer Skywalker con la Sith son:
Cade Skywalker (nieto de Luke) y Darth Talon (imagen de idolatria para muchos
) (discipula de Darth Kraith, el heredero de Palpatine, el hereje para nosotros los Sith)
¿Consideras a Krayt heredero de Palpatine?
Si hubo alguien que pudo haber sido heredero de Palpatine a mi parecer, fue, como mucho, Caedus. Krayt rechazó desde un principio las tesis de Bane sobre la Regla de Dos (no en vano, el ascenso de Palpatine al trono casi le cuesta la vida como Jedi) e instauró su propia Orden, en lo que creo que fue un intento por convertirse en el nuevo Sith’ari, algo a lo que parece que aspiraban casi todos los Sith y que pocos alcanzaron.
Para el que no lo sepa, el Sith’ari es una figura legendaria de la especie sith. Según la leyenda, el Sith’ari destruirá a los Sith para hacerles más poderoso.
Yo solamente digo lo que ese
Yo solamente digo lo que ese promulga, como siepmre he dicho, me considero de la “antigua escuela” de los Sith, y por ello, repudio a Krayth y su legado…
Uy, esto me huele a debate
Algo que, sinceramente, hecho mucho de menos. Así que, permíteme preguntar. ¿A qué te refieres con “la vieja escuela”? ¿A las tesis de los Jedi Oscuros que fueron exiliados y conquistaron a los Sith? ¿A los ideales de una sociedad militarizada de Imperio que surgió tras la Gran Guerra Hiperespacial? ¿A la Tribu Perdida? ¿A los Sith peleándose entre ellos de la época pre-Ruusan? ¿A la Hermandad de la Oscuridad? ¿O a los ideales de Bane, su Regla de Dos y el “Gran Plan”?
Posiblemente
¿Nieto de Ben?
Para mí, considerando las fechas, Kol es el nieto de Ben, no su hijo. Me explico. Dado que Cade tenía 17 en el 130 D.B.Y., debió nacer hacia el 113, más o menos como la princesita. Pongamos que la generación anterior (Roan, Kol y Nat) nacieron entre el 70 y el 80, lo que situaría a Fel II sobre el 45 o 50 (recordemos que las novelas de momento sólo llegan hasta el 44) y habría tiempo para que hubiera otra generación entre Ben y los hermanos Nat y Kol Skywalker.
Yo siempre me quedaré con
Yo siempre me quedaré con el de Tahiri y Anakin Solo en la novela de la NOJ “Al Filo de la Victoria: Renacimiento” de G.Keyes.
Aunque sí recuerdo dos momentos de amor supremo de Obi-Wan y Siri en la novela “Los Secretos de los Jedi” de J.Watson.
Ella apretó su mano. Se inclinó hacia adelante y puso sus labios contra su mejilla. Ella no le beso. Ella sólo descansó allí. En ese instante, Obi-Wan sintió algo: una conexión que le unía a ella, no importaba como. Siri. Quería decir su nombre en voz alta. Quería nunca se moviesen de este piso frío. Quería tocar las puntas de sus cabellos brillantes como la seda y respirar el olor que salía de su piel.
“Pase lo que pase”, susurró contra su mejilla, sus labios cálidos y suaves, más suaves de lo que jamás podría imaginarse, “Voy a recordar esto.”
Y de Qui-Gon y Tahl en la novela “Muere la Esperanza” de J.Watson.
Y abrió su corazón como sólo un hombre tranquilo sabe
hacerlo. Empleó pocas palabras. El tiempo que ella tardó en responder
pareció interminable. Entonces dio un paso adelante, le
tomó de la mano y le juró su amor. Tendrían una única vida, juntos,
dijo ella.
Qué lección tan impresionante, pensó Qui-Gon, aprender
que la felicidad es algo tan sencillo. Emanaba sólo de una única
fuente. Ella dijo que sí. Ella dijo que sí.
….
Él sintió una leve caricia en la mejilla. Ella le apretó de
nuevo la mano. Y él supo que Tahl había sentido todo lo que él
quería transmitirle, y que aquello la había ayudado. Nunca se
había sentido tan unido a ella, tan cerca de ella. Y si hubiera
podido respirar por ella, lo hubiera hecho.
—Que este momento sea el último —dijo ella.
Siemper me ha gustado más
Siri que Satine para Obi. Le pega más eso de estar atormentado por lo que no pudo ser que esa imagen que intentan darle ahora. El final de ese libro es genial. Demuestra una madurez en comparación con Anakin que no suele verse. Una pena que hayan rebajado su nivel de canon (o eso he oído).
La de Qui-Gon está bien, pero siempre encontré algo raro en esa relación, no puedo explicar qué.