Holocrón: Diario de un Jedi [Grabación 00004.00]

Holocrón: Diario de un Jedi [Grabación 00004.00]

—¡La Órdiga! ¡Cuánto tiempo, Delan! —me saludó Ram.

Fue toda una sorpresa ver al muun que me dio trabajo años atrás en Mu’un V, detrás de la barra de la cantina de Chalmun, en el puerto espacial de Mos Eisley, en Tatooine. Tardé unos instantes en recordar que mencionó algo sobre buscar trabajo allí tras la invasión de aquella colonia muun.

—La galaxia es un pañuelo, ¿verdad? —contesté, alargando mi mano sobre la barra y estrechándole la suya.

—¿Qué tal te va todo? ¿Has venido solo? —preguntó extrañado, mirando en todas direcciones.

—No, no. El resto está en aquella mesa. Vengo a por sus bebidas.

—Reconozco a Thaw, solamente. ¿Quiénes son los demás?

—El wookiee es Naggadik, el gungan se llama Garrune…

—¿Y la humana? —preguntó con curiosidad y guiñándome un ojo, adelantándose a la presentación.

—Se llama Kymeire. Ha sido la última en unirse al grupo —le hice un breve resumen desde la última vez que nos vimos.

—Desde luego, mi vida es un bodrio comparada con las vuestras. Lo más emocionante que me ha pasado desde que me dejasteis aquí ha sido la vez que un par de jawas se emborracharon y se pegaron entre sí… Y la semana pasada, cuando Chalmun decidió instalar ese detector de droides en la entrada.

—Si, ya lo hemos visto. Nuestro droide ha tenido que volverse a la nave. El otro camarero lo ha llamado “ser raro” o algo así.

—Ése es Wuher. No le gustan nada los droides. Entre otras cosas, porque no consumen y lo único que hacen es ocupar espacio —dejó de hablar y me habló en voz baja—. Pero yo no soy de esa opinión, ¿eh?

—No te preocupes. De todos modos, seguro que en la nave resulta más útil.

—Bueno… ¿Y qué tal te trata el calamari?

—Muy bien, la verdad. No me puedo quejar. Además, hemos formado una tripulación genial.

—Me alegro mucho, en serio. Yo tampoco me puedo quejar. Wuher me consiguió trabajo aquí y en cuanto consiga los créditos suficientes, montaré mi propia cantina. Espero que Chalmun no decida finalmente contratar a ninguna banda de música, porque no creo que me lo pueda permitir y no podría competir contra algo así. En fin, de momento me pagan bien —dijo con una sonrisa.

—Eso está muy bien. Te deseo lo mejor, ya lo sabes. Me diste trabajo y asilo. Si hay algo que pueda hacer por ti, cuenta con ello.

—Muchas gracias, Delan. Por ahora me las apaño muy bien —dijo, mientras terminaba de limpiar los vasos que le quedaban—. Y bien, ¿qué va a ser?

—Ponme una cerveza alderaaniana, un whisky johriano, una fresca de Coruscant, un matabanthas y, para mí, un estimcafé.

—¿Un matabanthas? ¿A estas horas?

—Es para el wookiee.

—Entiendo —dijo Ram con complicidad, girándose a por mi pedido.

Mientras preparaba las bebidas, eché un vistazo alrededor. Nunca había visto un lugar tan lleno de maldad y vileza. Junto a mí, un rodiano con malas pulgas pedía un daiquiri Lado Oscuro como quien pide un vaso de leche de bantha. Un poco más allá, dos quarren discutían acaloradamente. Si algo había allí, era variedad de especies, de eso no había duda. De momento, cada uno se metía en sus asuntos, que era lo más importante. Eso nos venía muy bien, si pensábamos establecernos allí. Thaw había propuesto alquilar un local barato y abrir una sede para su negocio, donde sus clientes habituales (normalmente de Tatooine, y más concretamente, de los círculos Hutt) podrían localizarlo fácilmente para cualquier encargo. Kym y yo nos encargaríamos de la administración.

Ram volvió con las bebidas, sacándome de mis ensoñaciones.

—Aquí tienes, Delan —dijo con una sonrisa.

—¿Cuánto es?

—¡Invita la casa, hombre!

—¡Vaya! ¡Pues muchas gracias!

—De nada, chaval… —concluyó él, mientras me alejaba hacia la mesa.

Allí me esperaban mis amigos con impaciencia, especialmente Nahie, a quien se le iluminó la mirada en cuanto vio que le traía su matabanthas. Nada más dejarlo sobre la mesa, lo cogió con sus manos peludas, relamiéndose los labios. Se proponía disfrutarlo lo máximo posible.

—¿Cómo es que has tardado tanto? —preguntó Thaw.

—No te imaginas a quién me he encontrado en la barra… —dije yo, misterioso.

—¿A Ram? —se aventuró Thaw.

—El mismo —confirmé yo.

—En cuanto termine mi copa, me levanto a saludarle, hombre.
—Se va a alegrar mucho de verte.

—Lo sé —respondió con una sonrisa.

—Misa creo mejor vuelvon a la nave… —dijo Garrune con un declarado estado de embriaguez. Se había tomado su whisky johriano de un solo trago y se le había subido a la cabeza con sorprendente rapidez. Tras titubear un poco, consiguió levantarse y se dirigió hacia la salida, haciendo eses y tropezando con todo tipo de obstáculos, estuvieran en su camino o no.

Kym aún no había probado su cerveza alderaaniana. Se había limitado a observa rcon el ceño fruncido su vaso en forma de tubo. De repente, dijo:

—Tengo un mal presentimiento.

—Ya lo hemos hablado —dijo Thaw—. Todo saldrá bien. El negocio irá de maravilla. Pero si preferís volveros a Alderaan…

—No es eso, Thaw —le explicó—. No es acerca del negocio.

—¿Entonces…?

Nahie levantó la vista de su vaso y dejó de beber para mirar con preocupación a Garrune, que entró de nuevo en la cantina como una exhalación, sin dar muestra alguna de estar bebido, y se acercó a la mesa. Estaba cubierto de arena y polvo, y sudaba de puro nerviosismo.

—¿Qué te ha pasado? —le preguntó Nahie con ladridos nerviosos.

—¡Uno hombre espera fora a tusa, Delan! —El terror inundaba el rostro del gungan—. Losa damen esto para tusa.

Abrió mi mano y depositó en ella una insignia circular de broncio.

—Me ha encontrado —dije lo más serenamente que pude—. No sé cómo, pero me ha encontrado.

[CONTINUARÁ….]


Esta historia ha sido escrita por Santiago Benítez Buitrago en octubre de 2007. Queda prohibida su reproducción total o parcial por cualquier procedimiento sin permiso escrito del autor. Los personajes aquí descritos son ficticios. El Universo Star Wars se ha tomado como referencia y es propiedad de LucasFilms Ltd, y citado sin ánimo de lucro.
Para cualquier comentario relativo a esta historia, escribe a gardek [dot] mon [at] gmail [dot] com

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