Relatos STAR WARS (I)

A sugerencia de Wedge y para aquellos que aún no han tenido oportunidad de leer los capítulso anteriores de mi relato, les dejo el link donde se encuentra el capítulo I. a medida que pasen los días iré colgando los 7 capítulos restanates para que tenagís la oportunidad de leerlo desde el principio. Lamentablemente el capítulo I no cabe en este post si deseaís leerlo completo por favor pasad al link de que hay al final. Como siempre espero vuestros comentarios.

Perdón por las molestias y gracias.

Capítulo 1

“Hoy es mi día de suerte” pensaba Tweedo mientras vaciaba la caja registradora de los preciados créditos, aunque no le servirían de mucho si alguno de los disparos descargados de los blasters le alcanzaban.

Hacia menos de un día que este joven granuja rodiano había llegado a Atzerri, un planeta del Borde Intermedio que se caracteriza por su libre comercio donde cualquier cosa, ya sea legal o ilegal, puede ser obtenida por un buen precio. Los visitantes de la ciudad de Anyprice son conducidos hacia un llamativo corro de tiendas conocido como “la plaza de los comerciantes” diseñada para atraer compradores y despojarlos de sus créditos tan pronto como sea posible.

Tweedo había deambulado por la plaza de los comerciantes y otros lugares que algunos comerciantes y gentes que pasaban por allí le habían recomendado. Esperaba encontrar a un precio menor productos fáciles de encontrar en cualquier punto de la galaxia pero a pesar de sus dotes de regateo no tuvo éxito en su empresa. Tras un día agotador de tratar con comerciantes, se había parado a descansar en un bar. “El paraíso galáctico” según el letrero de la entrada, no le pareció un verdadero paraíso galáctico a Tweedo cuando entró. El local se encontraba en un estado lamentable: las paredes presentaban múltiples fisuras, las puertas que conducían al almacén y los servicios estaban destrozadas, las sillas y las mesas estaban cubiertas en su mayoría de polvo y la cocina que podía observarse al otro lado de la barra parecía un basurero. Había poca clientela en el lugar: en una mesa situada al otro lado del local se encontraban en una mesa dos twi´lek, un rodiano y un ithoriano que jugaban una partida de pazaak; algunos quarren en distintos puntos del local, un humano y un neimoidiano enfrascados en una conversación apenas audible en una mesa cerca de la barra y el propietario del local, un bothan cuyo hedor delataba que no se había bañado en mucho tiempo. Tweedo se interesó por la partida de pazaak que se disfrutaba al final del local y se situó cerca de la mesa a fin de poder obtener una visión mejor de la misma. Tras unas cuantas partidas, el rodiano se había levantado bruscamente de la silla y tras dirigirle unas palabras insultantes en su propia lengua abandonó la mesa y los pocos créditos que le quedaban. Una ligera sonrisa se formo en el rostro de Tweedo, expresión que desapareció cuando se percató que uno de los twi´lek trataba de llamar su atención. Tweedo se acerco hasta la mesa y el twi´lek le invito a sentarse y unirse a la partida. Tras pensar que podía ser una buena forma de ganar algunos créditos, Tweedo aceptó y ocupó el asiento que hasta hace unos momentos había ocupado su semejante.

Tras unas cuantas partidas y una copa invitación del dueño del local, todos los ojos del lugar se dirigieron a dos recién llegados al bar que se habían situado en la barra, muy cerca de la mesa donde se encontraban el humano y el neimoidiano enfrascados aún en su conversación. La pareja se trataba de un humano y un kel dor, ambos eran muy jóvenes por sus rasgos, llevaban ropajes muy simples pero a Tweedo le llamó la atención la larga trenza que el humano tenía en el lado derecho de su cabello, aunque esa trenza era casi todo el cabello que tenía pues tenia la cabeza al rape. Todos los humanos le parecían feos pero este sin duda era el más feo que había visto hasta el momento, “seguro que hasta los de su especie lo consideran feo” pensó. Mientras los recién llegados degustaban unas bebidas del local pude darme cuenta de que no paraban de lanzar alguna que otra mirada de soslayo a la pareja de la mesa cercana de ellos. Cuando observó más detenidamente al humano se quedó perplejo y muy sorprendido.

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